¿Conoces cómo funcionan los Polos dentro de una Mujer y dentro de un Hombre?
¡Te lo explico a continuación de una manera muy sencilla!. Para mí, comprenderlo ha sido de gran utilidad en mi Vida.
Siguiendo la Teoría de las Polaridades, las Mujeres y los Hombres tenemos dentro nuestro un Polo Positivo y otro Negativo, que se atraen y se complementan entre sí.
Como Mujeres:
El Polo Positivo, es el dador, el que emana de dentro hacia afuera y está situado en nuestro Corazón, expresándose a través de nuestros Pechos.
El Polo Negativo, es el receptor, el que recibe hacia dentro y está situado en nuestros genitales, acogiendo la Vida hacia el interior.
Por esta razón nuestros genitales son hacia dentro.
En cambio, en los Hombres es a la inversa:
Su Polo Positivo (el dador) se encuentra en sus genitales, expresándose hacia fuera, en actitud de dar.
Su Polo Negativo (el receptor) está en su Corazón, recibiendo hacia dentro para bajarlo a los genitales y ofrendarlo al mundo, en la forma que él decida.
¡Por eso nos complementamos tan bien! En realidad, tan sólo hay que observar la forma que toma nuestra fisionomía para ver cómo nuestro Cuerpo ya nos está dando pistas al respecto.
Obviamente, hay Mujeres que no cumplen con este esquema y Hombres que tampoco. Esto es sólo una orientación para que podamos comprendernos mejor.
Esta explicación aporta un cierto sentido a muchas cosas, como por ejemplo: que la mayoría de Mujeres tengamos cierta facilidad para hablar de nuestros sentimientos, emociones, miedos… Nuestro Polo Positivo situado en el Corazón nos facilita la labor. En cambio, a los Hombres les suele costar más hablar de lo que sienten internamente.
Es una de nuestras tareas enseñar a los Hombres a expresarse con más libertad.
Te propongo una PRÁCTICA:
El sentido de esta práctica es que volvamos a restablecer el circuito natural que equilibra el Dar y el Recibir a través nuestro.
Esta imagen te puede servir para visualizar los Polos gráficamente:
Vengo observando que muchas de nosotras hemos bloqueado una de las dos polaridades, ya sea en el Dar, en el Recibir o en ambas.
Estoy segura que en su momento, ese bloqueo, nos sirvió para seguir hacia delante siendo en muchos casos vital para nuestra supervivencia.
Ambos Polos se retroalimentan entre si:
si yo Recibo puedo Dar más desde el Corazón.
Esta práctica puede durar tanto como tu quieras! Así que puedes hacerla tanto delante de los fogones mientras cocinas (por poner un ejemplo) como en un espacio de más intimidad contigo misma.
Ponte de pie y cierra los ojos. Asegúrate de que tu espalda está erguida pero no tensa.
Dobla muy levemente tus rodillas para que aumente tu sensación de conexión con la Tierra, sintiéndote cómoda.
Pon tu mano izquierda en tu Útero, donde está tu Polo Negativo, que actúa como receptor (la mano izquierda recibe).
Pon tu mano derecha en tu Corazón, donde está tu Polo Positivo, que actúa como dador (la mano derecha da).
Reconoce ambos Polos dentro tuyo con una leve sonrisa.
Pon ambas manos en tu Útero (Polo Negativo) y di en voz alta o internamente tantas veces como necesites:
» Me doy PERMISO para RECIBIR la VIDA dentro de mí»
Arrastra tus manos desde el Útero hasta el Corazón ,tocando todo el rato tu Cuerpo, y déjalas reposando en tu Polo Positivo.
Sonríe a tu Corazón y di en voz alta o internamente tantas veces como necesites a la vez que abres tus brazos con a lado y lado:
«Estoy dispuesta a OFRECER al Mundo todo lo que llevo dentro»
Puedes volver a tu Útero y repetir esta secuencia tantas veces quieras.
Es una deliciosa práctica para hacer cada mañana al despertar. Yo aveces la hago ya desde la cama y así empiezo el día sintonizada.
También puedes hacerla cuando sientas que te cierras a recibir en el nivel que sea, y por supuesto, cuando sientas que no te estás expresando con libertad. Puede que sea por miedo, inseguridad, desconfianza…
Necesitamos reconocernos como un Canal de Vida que se siente
Digna de Recibir y Confiada para Dar.
Ambos son igual de importantes y necesitan estar en equilibrio para dar lugar a la Mujer Íntegra que eres.
¡Que la disfrutes!
Con mucho Amor,
Myriam
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